jueves, 4 de septiembre de 2008

A veces te sigo pensando como si fueras mío, como si no fueses una persona, si no como algo apropiable. Pero la realidad es que no te tengo y hasta me cuesta decir que nunca te tuve. Hubieron muchas antes que yo, y muchas después. Yo cruelmente desafié a mi corazón, sabiendo como eras y como soy, me deje llevar. En lo largo de mi vida aprendí a no abrirle el corazón a cualquiera, hice una excepción y así me fue. Lamentablemente me quede en pelotas, no tengo nada para ofrecer a nadie y no hay nada que alguien pueda darme. Lamente y aun sigo lamentando el tiempo que le dedico, se que él no vale ni dos minutos de mi día, pero es inevitable pensar en sus ojos, el su pelo, en la forma en que te mira. Aunque pensar en vos sea uno de mis pasatiempos favoritos, ya no te quiero como hombre. Te miro con otros ojos, no con los mismos de antes. Cuando te cortas, al principio la herida sangra, te duele. Después se forma una cascarita y luego, después de un tiempo, la cascarita se te desprende y apenas te queda una cicatriz. Un día te despertas y te acordas de como te hiciste esa cicatriz, recordas los viejos tiempos y seguís con tu día, con tu semana,con tu mes, con tu vida.

No hay comentarios: